Psicología Forense: Psicología al Servicio de la Justicia

Psicología Forense

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¿Qué es la Psicología Forense?

La psicología forense es aquella rama de la psicología jurídica mediante la que se aplican conocimientos y métodos provenientes de la psicología a los procedimientos judiciales, con el fin de asesorar a los profesionales del ámbito legal en la toma de decisiones.

A pesar de ser una de las ramas más desconocidas de la psicología, la psicología aplicada a los tribunales o psicología forense es una disciplina en expansión. Este creciente reconocimiento se debe al interés que empieza a suscitar en la población esta ciencia, cuyo propósito principal sería extender un puente entre la psicología y el derecho. Por ello, resultaría interesante abordar ciertas preguntas básicas que ayudasen a una mejor comprensión de la profesión y el profesional en este ámbito.

El objetivo principal es proporcionar una comprensión más precisa sobre el comportamiento humano en situaciones legales de diversa índole, siendo una disciplina con varios ámbitos de aplicación.

¿Cuáles son los ámbitos de actuación de la Psicología Forense?

La psicología forense abarca diversas áreas de aplicación, entre las más frecuentes se encontrarían:

  • Ámbito penal. En este ámbito se valoran cuestiones como la competencia de una persona para ser juzgada o prestar testimonio, la responsabilidad criminal, las secuelas que presenta una víctima, la peligrosidad y riesgo delictivo, etc
  • Ámbito civil. Se abordan principalmente procedimientos relativos a protección de menores, tutela e incapacitación de adultos, capacidad testamentaria, etc.
  • Ámbito laboral. Se valoran los daños y secuelas psicológicas provocadas por accidentes laborales o situaciones laborales, y se evalúan cuestiones como el acoso laboral, la incapacidad laboral transitoria o permanente por psicopatología o la influencia de esta última en el desempeño laboral, etc.
  • Ámbito de familia. Evaluación de idoneidad parental, valoración en temas de guarda y custodia, régimen de visitas, privación de la patria potestad, procesos de acogimiento y adopción, etc

¿Qué hacen los psicólogos forenses?

Los profesionales de la psicología forense desempeñan un papel clave en la intersección entre la psicología y el derecho. Su principal labor es la realización de evaluaciones psicológicas que atiendan a las necesidades de cada caso, respondiendo preguntas planteadas desde los contextos legales.

El objetivo principal del psicólogo forense es elaborar informes periciales, siempre desde el rigor científico y basados en técnicas de evaluación eficaces y actualizadas, que puedan esclarecer cuestiones como la competencia para ser juzgado, el riesgo de reincidencia o la capacidad parental en casos de custodia. Estos informes se presentan como evidencia científica ante el tribunal, donde su contenido puede ser cuestionado y revisado durante el juicio, en el que el psicólogo tendrá que realizar la ratificación de su pericial.

Los psicólogos forenses, incluso aquellos llamados peritos de parte o privados, tienen un rol neutral, buscando objetividad en su asesoría a jueces y abogados para lograr una mayor comprensión de los aspectos psicológicos relevantes en el proceso y ayudar en la toma de decisiones.

El psicólogo forense no solo debe dominar técnicas psicológicas, también debe comprender los marcos legales y dinámicas del sistema judicial, adaptándose a los cambios metodológicos y normativos para maximizar la eficiencia y eficacia de su labor.

¿Qué pasos sigue un psicólogo forense en cada caso?

Aunque esta cuestión depende de cada profesional y de cómo acostumbre a hacer su trabajo se suele seguir una estructura común en la labor del psicólogo forense:

  1. Recepción del encargo
    El tribunal o una de las partes solicita una evaluación específica (ej., competencia para ser juzgado, custodia). El psicólogo analiza esta solicitud para definir los objetivos del caso.
  2. Revisión documental
    Se lleva a cabo una revisión de expedientes relevantes, como antecedentes legales o informes médicos, para obtener un contexto claro sobre la situación.
  3. Entrevista con el evaluado
    Se realizan entrevistas para recoger datos acerca de la historia personal y comportamientos relevantes para el proceso judicial.
  4. Pruebas psicológicas
    Se aplican test estandarizados según la necesidad del caso, evaluando aspectos cognitivos, emocionales o de personalidad.
  5. Observación del comportamiento
    Durante las entrevistas y pruebas, se observa al evaluado buscando coherencia en sus respuestas y posibles signos de simulación.
  6. Consulta con terceros
    El psicólogo puede realizar diversas entrevistas a familiares u otros profesionales con el fin de validar la información obtenida.
  7. Análisis de resultados
    Se integra todo lo recabado mediante las entrevistas, pruebas y observaciones para extraer conclusiones objetivas y basadas en evidencia científica.
  8. Elaboración del informe
    El informe incluye los datos de la persona demandante del informe y del psicólogo, el objeto de la pericial, la metodología, el análisis de la evolución psicobiográfica y descripción del hecho, la exploración psicopatológica, los resultados de las pruebas administradas, la discusión pericial  y las conclusiones claras orientadas al caso judicial.
  9. Presentación en el tribunal
    Si es necesario, el psicólogo asiste al juicio para explicar el informe y responder preguntas de jueces y abogados.
  10. Supervisión y reflexión
    Tras finalizar el caso, el psicólogo reflexiona sobre su trabajo para identificar mejoras y mantener estándares éticos y metodológicos.

Este proceso debe garantizar evaluaciones objetivas, fiables y útiles para la toma de decisiones en el ámbito judicial.

¿Cuáles son las diferencias entre un psicólogo clínico y un psicólogo forense?

Relación evaluador-evaluado

  • Clínico: La relación se construye sobre la empatía y la confianza, esenciales para un tratamiento efectivo.
  • Forense: Aunque se busca generar un entorno de confianza, el vínculo es más escéptico y objetivo para evitar sesgos emocionales o afectivos.

Confidencialidad

  • Clínico: El secreto profesional es estricto, salvo excepciones legales (ej., riesgo para terceros).
  • Forense: No se aplica un secreto profesional absoluto; toda la información relevante para el caso debe ser reportada en el informe pericial.

Ámbito y fuentes de evaluación

  • Clínico: Realiza una evaluación integral del paciente, incluyendo su contexto personal y médico, con datos extraídos de entrevistas, observaciones y pruebas psicológicas.
  • Forense: Se enfoca solo en el objeto pericial (por ejemplo, estado mental), complementando las fuentes habituales con expedientes judiciales y otros documentos legales.

Objetivo de la evaluación

  • Clínico: El objetivo es diagnosticar y tratar trastornos mentales para mejorar la salud del paciente.
  • Forense: Aporta información objetiva para la toma de decisiones judiciales en procesos como custodia, competencia legal o responsabilidad penal.

Actitud del evaluado

  • Clínico: Los pacientes suelen participar de manera voluntaria, mostrando mayor colaboración y sinceridad.
  • Forense: La evaluación puede ser obligatoria, y el evaluado podría exagerar o simular, dada la influencia que el informe puede tener en su situación legal.

Informe

  • Clínico: Suele ser breve, enfocado en facilitar la intervención y sin grandes repercusiones fuera del contexto terapéutico.
  • Forense: Es más extenso y detallado, con fundamentos argumentativos sólidos, ya que puede influir significativamente en la resolución del caso judicial.

Presencia en procesos legales

  • Clínico: Rara vez participa en juicios; si lo hace, es como testigo ocasional.
  • Forense: La intervención en la corte es habitual, donde el psicólogo forense actúa como perito para presentar su informe y responder preguntas.

Formación

  • Clínico: Requiere una titulación en Psicología, seguido de formación específica en psicología clínica, que incluye prácticas y un máster o formación especializada en terapias psicológicas. El enfoque se centra en habilidades terapéuticas y diagnósticas.
  • Forense: También necesita una titulación en Psicología, pero debe completar formación adicional en aspectos legales y judiciales. Esto incluye cursos específicos sobre evaluación forense, normativa legal y habilidades de testimonio en juicios, además de formación continua para mantenerse al día con las normativas y metodologías actuales

¿Cómo ser psicólogo forense?

Aunque no existen requisitos específicos o un marco legal que establezca cómo debe ejercer un psicólogo forense, hay algunas consideraciones y pasos a seguir que pueden ayudar a orientarse profesionalmente hacia esta profesión.

  1. Formación Académica: El primer paso para convertirse en psicólogo forense es obtener un título en psicología. Esto generalmente implica completar una licenciatura en Psicología, seguida de estudios de posgrado que pueden incluir un máster o un doctorado con especialización en psicología forense o áreas relacionadas, como la psicología clínica o la psicología del crimen.
  2. Experiencia Práctica: Es esencial adquirir experiencia práctica en el ámbito forense. Esto puede lograrse a través de prácticas en juzgados, colaboraciones con profesionales en el campo legal, o trabajando en instituciones que lidian con aspectos legales de la psicología.
  3. Formación Continua: Dado que la psicología forense está en constante evolución, es recomendable participar en cursos de formación continua, seminarios y talleres para mantenerse al día con los avances y cambios en las leyes, técnicas de evaluación y enfoques terapéuticos.
  4. Habilidades Específicas: Desarrollar habilidades de comunicación efectiva es crucial, ya que los psicólogos forenses deben ser capaces de presentar informes y testimonios de manera clara y comprensible en un contexto judicial.
  5. Certificaciones y Asociaciones Profesionales: Aunque no hay una regulación formal, afiliarse a asociaciones profesionales, como el Colegio Oficial de Psicólogos, puede proporcionar recursos adicionales y oportunidades de formación y networking.

En definitiva, la psicología forense emerge como un nexo importante entre la psicología y el sistema judicial, desempeñando un papel fundamental en la comprensión del comportamiento humano en situaciones legales. Esta disciplina no solo ayuda a esclarecer aspectos cruciales en procesos judiciales, sino que también promueve una práctica más integrada entre el ámbito psicológico y el legal. A medida que se desarrolla, es esencial que los profesionales en psicología forense se mantengan actualizados sobre las tendencias y metodologías, garantizando que su labor sea rigurosa y pertinente. Al hacerlo, contribuyen a una justicia más informada y efectiva, impactando no solo en el presente, sino también en el futuro de la interacción entre la psicología y el derecho.

Si deseas profundizar en este tema o necesitas orientación en el ámbito de la psicología forense, no dudes en contactar conmigo. Estaré encantada de ayudarte.

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Aida fernandez casado- Psicóloga forense
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